Estas bolsas de baño con avena se introducen en la tina y son capaces de regenerar la piel a fondo. Además de nutrir y rejuvenecer, puede acabar con problemas cutáneos como eczemas o sarpullidos. Te contamos cómo elaborarlas de manera sencilla y muy económica. Deja de gastar en costosos tratamientos e intenta este que es sumamente natural y seguro.
¿Por qué utilizar avena para la piel?
La avena se emplea para tratamientos cosméticos desde hace siglos. Los egipcios se bañaban en agua de avena para suavizar la piel. Luego, también se dieron cuenta que podían sanar y tratar otros problemas comunes. Por lo que, actualmente, podemos encontrarla en diversos productos de belleza que aprovechan sus maravillosas propiedades.
Es un poderoso astringente que limpia y protege la piel. Realizar una exfoliación con avena es sumamente recomendable ya que se eliminan partículas muertas y se limpian los poros al mismo tiempo que se hidrata la piel. El aporte proteico ayuda a mantener el cutis en un pH óptimo, por lo que se suele hidratar el cutis con agua de avena antes de aplicar maquillaje.
Este cereal, a su vez, es esencial para todo tipo de piel. Ante la piel seca, la avena aporta nutrientes especiales que ayudan a regenerar las células. Cuando de piel grasa se trata, una mascarilla de avena es capaz de eliminar el exceso de lípidos, volviéndola tersa y suave.
Baños con avena
Los baños con avena son la mejor manera de aprovechar todas las propiedades de este cereal. No sólo son efectivos para embellecer la piel, sino también para tratar afecciones cutáneas. Problemas como el acné, erupciones, urticaria, psoriasis, picaduras de insectos, eczemas, resequedad o dermatitis pueden ser curados con este tratamiento. La avena tiene un efecto calmante que quita las molestias ocasionadas por la enfermedad, a la vez que ayuda a sanar las lesiones.
Por último, vale mencionar su propiedad antiinflamatoria que, aplicando avena de forma tópica, hasta puede curar quemaduras leves. Incluso, con un tratamiento diario, se pueden evitar y borrar cicatrices.
Si deseas aprovechar todo esto, realiza estas bolsas de baño con avena para regenerar tu piel y limpiarla en profundidad
Bolsas de baño con avena para rejuvenecer y regenerar la piel
Estas bolsas de baño con avena se utilizan en baños de inmersión terapéuticos. Para empezar, deberás adquirir o realizar algunas bolsas de gasa, organza, muselina o tul. No es necesario que sean demasiado grandes. La mezcla es de unos 250 gramos, aproximadamente. Tanto si las compras, como si las haces, puedes realizar más de una preparación y dejarlas listas para cuando las necesites.
Instrucciones:
- En un bol, mezcla 2 tazas de hojuelas de avena con 1/2 jabón rallado. Selecciona un jabón natural, hidratante y cremoso.
- Agrega 10 gotas de aceite de rosa mosqueta. La rosa mosqueta también es un poderoso hidratante y regenerativo.
- Añade diferentes ingredientes según tus necesidades: Puedes colocar unas cuantas hojas de menta o eucalipto si padeces congestión nasal. Con unas 10 gotas de aceite esencial de lavanda lograrás un buen descanso y podrás relajar todo el cuerpo. Con un aceite cítrico conseguirás limpiar los poros a fondo.
- Mezcla todo muy bien con una cuchara de madera.
- Vierte el contenido en las bolsas, hasta completar 3/4.
- Cierra muy bien realizando un doble nudo. Si tienes la posibilidad, puedes coserlas para asegurar bien el preparado.
¿Cómo preparar el baño?
Para utilizar las bolsas de baño con avena, sólo necesitarás preparar tu baño como siempre. Llena la tina con agua tibia. Sumerge el cuerpo y moja una de las bolsas, que pronto comenzará a hacer espuma. Después de unos minutos, puedes dejarla en el fondo de la tina o pasarla por el cuerpo para aprovechar mejor sus propiedades.
Al finalizar, cuelga la bolsita para que escurra. Una vez que seque puedes utilizarla nuevamente. Cada preparado rinde hasta dos baños. Luego, puedes vaciarlas y elaborar una nueva mezcla, aprovechando las bolsitas.
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